Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1889-1890
Sesión: 1 de junio de 1890
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Duque de Tetuán y al Sr. Martínez Campos.
Número y páginas del Diario de Sesiones: 200, 4124-4125.
Tema: Política del Gabinete presidido por el Sr. Sagasta.

El Sr. Presidente del Consejo de Ministros (Sagasta): Ya ha visto el Senado que de las preguntas sobre los sueltos de El Liberal y El Imparcial hemos venido a una discusión general para tratar de todo: de la conciliación, de las cuestiones de Gabinete y de confianza, de aranceles, en una palabra, de lo político, de lo económico, de lo administrativo, y no ha faltado más que lo militar.

Yo no puedo seguir a S.S. en ese camino; pero he de hacer algunas pequeñas rectificaciones, porque S.S. me ha atribuido cosas que nunca dije. Yo no he dicho jamás que no hay Gobierno posible como no sea presidido por mí. ¿Cuándo he dicho yo eso?

Lo que he dicho es que existiendo un Gobierno liberal aunque sea presidido por mí, todos los que quieran pertenecer al partido tienen que obedecer mi jefatura, porque entiendo que no pertenecen al partido aquellos que no obedecen a un jefe, sea éste Sagasta, sea Cánovas, sea el Duque de Tetuán. (El señor Duque de Tetuán: Ese deber reconozco que me alcanzara respecto de quien sea mi jefe; pero como S.S. no lo es, no tengo que obedecerle). Pues no está S.S. dentro del partido. (El Sr. Duque de Tetuán: En la fracción de S.S. no). No hay medio, señores; cuando uno se somete a un partido tiene que estar sometido naturalmente al jefe, porque los partidos son la bandera y la parte directiva; no basta profesar los principios de la bandera, hay que someterse a una dirección; no habría partido posible si cada uno de los afiliados, aun defendiendo los mismo principios, quisieran tener una dirección; ¿dónde iríamos a parar? ¿Qué partido sería ése? (El Sr. Duque de Tetuán: No sería organismo, pero partido sí).

Pues eso es lo que se llama partido, un organismo que tiene una dirección; si no, será una opinión, pero no será partido. Hay en España muchas personas tan liberales como S.S. y como yo, y tal vez más, y sin embargo, no pertenecen al partido liberal, ni a ningún partido; se están en su casa, juzgan de la política de los Gobiernos y de los partidos, pero ningún partido los cuenta como individuos de él, ni pueden disponer de ellos como se dispone de los que pertenecen a un partido.

Por lo demás, S.S. no ha podido ni debido darse por ofendido por las palabras del Sr. Ministro de Gracia y Justicia. (El Sr. Duque de Tetuán: Ofendido, de ningún modo). Pues entonces el señor general Martínez Campos no ha podido ni debido darse por lastimado de las palabras pronunciadas por el Sr. Ministro de Gracia y Justicia, porque este Sr. Ministro entiende que el señor general Martínez Campos está tan alto, ha prestado tales servicios a la Patria, tiene tan grandísimos méritos, que está un poco por encima de los partidos y que, como ha dicho muchas veces, no le entusiasma una política determinada; lo que quiere S.S. es una política que conduzca al bien al del país, y sobre todo que afirme las instituciones, haga esa política el partido liberal, hágala el partido conservador.

Esto es lo que se llama estar un poco por encima de los partidos, y eso es lo que ha querido decir el Sr. Ministro de Gracia y Justicia. (El Sr. Ministro de Gracia y Justicia: Extrañándome de que se le quisiera afiliar a S.S. al partido conservador. ?El Sr. Martínez Campos: Doy gracias a S.S. por ese concepto elevadísimo que tiene de mí y que no merezco). ¡Si S.S. no puede recibir más que cariño y consideración del partido liberal, y sobre todo de mí!

Ha vuelto el Sr. Duque de Tetuán a ocuparse de la conciliación. No parece sino que liberal y todo, y dentro del partido liberal, le pesa a S.S. la conciliación. (El Sr. Duque de Tetuán: Ni, señor; lo que hay es que no la veo). Pues si no le pesa a S.S., no le debe poner dificultades. (El Sr. Duque de Tetuán: No le pongo dificultades, se basta ella misma, y S.S. sobra para ponérselas). ¿Es que S.S. cree que la conciliación es imposible estando el Sr. Puigcerver en el Ministerio? Pues se irá, si es necesario, para que se verifique. ¿Ve S.S. cómo no hay dificultad alguna? (El Sr. Duque de Tetuán: Pues a principios de año no la quiso S.S., y entonces sacrificó al Sr. Alonso Martínez). Aquello fue otra cosa. No se rompió la conciliación por eso; se rompió por otras consideraciones; se rompió, ya lo sabe S.S., en manos del Sr. Alonso Martínez, por la misma razón que se rompió en la mías. (El Sr. Duque de Tetuán: Porque S.S. no la quería hecha por el Sr. Alonso Martínez; por eso se rompió). Si todos los españoles hubieran hecho los esfuerzos que yo para la conciliación, hace mucho tiempo que estaría hecha, aun con los elementos más distantes, y todavía va a ver S.S. una conciliación mucho más extensa. (El Sr. Duque de Tetuán: Está anunciada hace tiempo). Pues verá S.S. cómo eso que está anunciado hace tiempo, se cumple, para lo cual es necesario que todos hagamos algo, porque para la conciliación esa de que yo hablo merece la pena de que se haga algo; que todos pongan un poco de paciencia, de resignación; que no pretendan lo que no pueden quizá obtener para que vengan ciertos retrocesos que la impedirían; y como yo creo que la conciliación es conveniente para todos y para todo, espero que todos tengan patriotismo.

Yo por mi parte he de hacer todos los esfuerzos posibles, no he de dejar de intentar nada para conseguirlo; pero es necesario que no encuentre dificultades en otros partidos y en otros hombres, porque de todos modos, a esos partidos y a esos hombres que pueden poner dificultades para que la conciliación llegue a ser un hecho les interesa tanto como a los demás, porque se trata del bien de las instituciones, de la mayor fuerza de las instituciones y de la paz moral y material del país (En la mayoría: Muy bien, muy bien); y como esto es a lo que todos debemos aspirar, por eso digo que la política liberal tiene que hacer algo. ¿Lo ve S.S.? Tiene que hacer eso: concluir esa gran conciliación y hacer el partido liberal más potente y fuerte que se ha conocido, no sólo aquí, sino fuera de España. (El Sr. Marqués del Pazo de la Merced: ¿Pero eso no ha de venir si no es Gobierno S.S.?) Vendrá por la política liberal, cuando todos tengan la seguridad de que la política liberal no ha de sufrir retrocesos; porque yo le voy a decir a S.S. que esos elementos no tienen en el partido conservador la confianza que S.S. y yo también tengo; no hay más sino que yo no la llevo tan allá como S.S., puesto que S.S. dice: ?El partido conservador ofrece confirmar todo lo que ha hecho el partido liberal; luego le apoyo?, y yo, a pesar de eso, si lo que ha de hacer es confirmar lo hecho por el partido liberal, lo que haré será no ponerle dificultares, pero en todo lo demás le [4124] combatiré. (El Sr. Duque de Tetuán: Eso digo yo de los republicanos). Pues esos no tienen toda la confianza que tengo yo en el partido conservador, que, como ve el Sr. Duque de Tetuán, no es tan grande como la de S.S.

Por eso no me extraña que liberales que pertenecen al partido, como S.S., apoyen mañana al partido conservador, porque yo satisfecho no lo he de apoyar, toda vez que a quien debo apoyar con satisfacción es a mi partido. (El Sr. Duque de Tetuán: Ni a mí me satisface que los republicanos apoyen a S.S.) Con tal de que apoyen a la Monarquía, si además me apoyan a mí, bien venidos sean (En la mayoría: Muy bien, muy bien. ?El Sr. Duque de Tetuán: Aun sin apoyar a la Monarquía, estaba S.S., antes de ahora dispuesto a darles asiento en ese banco). Lo que yo quiero es que vengan a la Monarquía; siendo amigos de la Monarquía, serán amigos míos y tendrán mi apoyo. (El señor Marqués del Pazo de la Merced: Lo único que no han dicho es eso, que sean amigos de la Monarquía). ¿No lo han dicho? Pues ya lo dirán. (En la minoría conservadora: ¡Con el tiempo! Pues hasta ahora, ¿por qué no lo han dicho?) Si habéis tardado vosotros casi tanto tiempo en aceptar el sufragio universal, ¿cómo os extraña que los republicanos tarden en aceptar la Monarquía? No tengáis tanta impaciencia; no es bueno que las evoluciones se hagan tan rápidamente; vale más que se hagan con su cuenta y razón para que tengan más firmeza y los resultados sean más seguros. (En la mayoría: Muy bien, muy bien).

Pero por lo mismo que no han venido todavía, no hagamos nada para que no vengan cerrándoles el camino. Dejadles que concluyan su jornada. (El Sr. Marqués del Pazo de la Merced: ¿Pero que siga en el Gobierno S.S.?) Que vengan a la Monarquía. (El Sr. Marqués del Pazo de la Merced: Pero, ¿qué hay que hacer para eso? ¿Qué siga en el Gobierno S.S.?)Yo no lo sé; eso se lo pregunta S.S. a ellos. (Grandes risas).

Yo no les puedo poner condiciones, me basta con que vengan; pero, ¿qué quiere S.S. que yo le diga? ¿Es que les voy a decir no vengáis sino con estas condiciones? (El Sr. Marqués del Pazo de la Merced: Con las condiciones de aceptar la Monarquía). Pues con esa me basta. (El Sr. Duque de Tetuán: Ya los quiso atraer S.S. al Gobierno, incluso sin esa condición. ?Rumores en la mayoría). No sé a qué se refiere S.S. ¿Es a que no les he tratado mal? Pues mientras no me den motivo, mientras no ataquen a la Monarquía, piensa tratarles muy bien, a fin de no darles motivo para que no vengan.

Si a pesar de eso no vienen, nada hemos perdido; pero creo que esas cosas se logran mejor por ciertos procedimientos que imponiendo condiciones o exigiendo humillaciones. (El Sr. Duque de Tetuán: Pido la palabra). Déjelos S.S. ¿Le parece a S.S. corta y pequeña la evolución que hasta ahora han hecho? ¿Le parece poco patriótica su política, aun sin la declaración de haber aceptado la Monarquía? ¿Le parece el desarme de los partidos extremos, a que han venido a parar? (El Sr. Duque de Tetuán: Eso no ha venido). ¿Están los partidos extremos como estaban en otras ocasiones? ¿Tienen los mismos medios, los mismos recursos y siquiera los mismos propósitos? No hace S.S. justicia a esos elementos; pero aunque no estén todavía dentro de la Monarquía, ¿quién duda que tienen hoy hacia la Monarquía un respeto y una consideración que no tuvieron antes? (En la mayoría: Muy bien, muy bien). Pues, Sr. Duque de Tetuán, lo primero que hay que hacer es no hostilizarlos a fin de que lo que todavía no es más que respeto y consideración se convierta en adhesión y cariño hacia la Monarquía, como el que tengo yo y el que tiene el partido liberal.

Ésta es mi política. Si no es buena, hace S.S. bien en combatirla; si es mala, que venga otro partido a reemplazarnos; pero me parece que esta política es buena y ha dado los mejores resultados. Creo yo, señores Senadores, que hay alguna diferencia desde aquella noche oscura y tremenda en que el partido liberal tomó el poder hasta el día de hoy. Las circunstancias son más bonancibles para todos y para todo que el día en que el partido liberal vino al poder; y como hemos ido ganando y ganando mucho, no es justo que vayamos a obstruir este camino de progreso, de paz, de felicidad, de crédito y de triunfo para toda idea de orden. (En la mayoría: Muy bien; muy bien).

¿Hay alguno que pretende eso? En hora buena; lo pretenderá por interés particular, por interés de partido, por lo que quiera que sea, menos por interés de la Patria y por interés de las instituciones. He dicho. (Muy bien, muy bien, en la mayoría). [4125]



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